Milagros que solo un caballo puede realizar
Ya nos recreamos en la magia del caballo en la fase final del juego, en el artículo Las increíbles aventuras del intrépido caballo, donde quedó clara la habilidad de dicha pieza para realizar maniobras llenas de fantasía. Hoy nos dejaremos asombrar de nuevo por esos mates inesperados y trataremos de averiguar hasta qué punto el caballo puede ser una buena pieza defensiva luchando contra varios peones.
En este artículo vamos a tratar:
- La red de mate más increíble
- La obsesión de Carl von Janisch
- Las limitaciones defensivas del caballo
La red de mate más increíble
No hay aficionado al ajedrez que no goce al descubrir la solución de este bonito final, donde un único caballo se impone ante rey y peón. Todo esto a pesar de que solo con un rey y un caballo no podemos forzar mate frente a un rey solitario (lo mismo ocurre con rey y alfil.) En ciertos finales tener algún tipo de material puede perjudicarte, en lugar de beneficiarte.
Un giro sobre el mismo tema lo encontramos en el primero de los finales que mostré en este vídeo:
Alrededor de esta idea se han creado muchas composiciones que contienen la misma esencia: un rey que se ve forzado a avanzar un peón que lo atrapa, para que un caballo enemigo aseste el golpe definitivo. Algunos los mostramos ya en el citado artículo, otros los vamos a ver en el siguiente punto, pero permíteme que te muestre como Doménico Ponziani ya daba pinceladas alrededor de esta idea en el siglo XVIII.
Aunque he trabajado anteriormente sobre estas posiciones, una de las composiciones que más me ha acabado gustando, había pasado desapercibida para mí. Aunque la idea es la misma me encanta como la posición del rey blanco dificulta la tarea, al no estar situado en la columna f.
La obsesión de Carl von Janisch
La última posición que veíamos, con rey blanco en h3, fue compuesta por el teórico del siglo XIX que protagoniza este punto, un mayor que abandonó el ejercito para dedicarse a su gran pasión: el ajedrez.
Aunque gran parte de sus esfuerzos teóricos estaban dedicados a las aperturas, cuenta con más de 60 composiciones de finales, gran parte de las cuales están dedicadas a la lucha de un caballo contra varios peones.
Como en su mayor parte se trata de variaciones sobre el mismo tema, he preferido condensar todo ese material en un solo visor en el que puedes disfrutar de algunos de esos problemas.
Reconozco que hay un par de ellos que me han llamado especialmente la atención por su atractivo estético. Las dos filas de peones negros en las columnas f y h dan un toque muy original a estas composiciones.
Ahora lo vemos con los peones más avanzados.
Las limitaciones defensivas del caballo
Al ser una pieza de corto alcance, el caballo no posee la eficacia que encontramos, por ejemplo, en el alfil. Es cierto que un caballo puede frenar a un peón pasado y evitar que corone, incluso aunque su rey no se halle cerca para ayudar. Esto queda patente cuando aprendemos la maniobra conocida como "la rueda del caballo".
Todo cambia si el peón de torre llega a la séptima fila y el caballo solo puede alcanzar la casilla de promoción.
Sin embargo, si el rey del bando del caballo no está tan lejos pueden aparecer algunos recursos interesantes, como vemos a continuación.
En el siguiente ejemplo vemos lo que puede ocurrir con un peón de la columna b. La técnica para ganar resulta muy instructiva. Hay que ser muy preciso para conseguir la victoria, ya que el caballo tiene algunos recursos basados en un oportuno jaque con doble amenaza sobre el peón.
Averbach, uno de los grandes teóricos de la fase final del juego, nos muestra otro giro sobre el mismo tema.
La maniobra del rey, obligado a situarse delante de su propio peón para conseguir frenar los planes del caballo, resulta especialmente instructiva.
Las limitaciones defensivas del caballo se ponen aún más de manifiesto cuando lucha contra más de un peón. Otro gran estudioso de los finales, Gregoriev, nos muestra en el siguiente ejemplo como el corto alcance del caballo es insuficiente contra dos peones. Por cierto que el espíritu de la famosa Maniobra de Reti aparece en esta composición donde el rey blanco, en cierto momento, tiene que jugar con la idea de dirigirse a dos puntos alejados al mismo tiempo.
Y para aquellos que se pregunten si un caballo podría luchar contra 3 peones, nada mejor que este final compuesto por Horwitz y Kling.
En este artículo he tratado de trasladarte parte de la magia que encuentro en el caballo. ¿Dónde encuentras tú la magia del ajedrez? ¡Deja un comentario, por favor!