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La clave para no perder en ajedrez
Cuando ya no podemos pensar en ganar, hay que pensar en no perder.

La clave para no perder en ajedrez

LuisFSiles
| 29 | Estrategia

A todos nos gusta ganar, eso no es ningún secreto. Si es sacrificando la dama, mucho mejor, por cierto. Pero no siempre somos capaces de conseguir ventaja en nuestras partidas y aspirar a ganar fácilmente. Puede que hayamos cometido algún error en la apertura o un descuido en el medio juego, pero en más de una ocasión no tenemos otro remedio que defender una posición difícil. ¿Qué hacer en esos casos? Hoy vamos a hablar de ello.

Del mismo modo que tener una gran ventaja no es sinónimo de ganar, estar peor, incluso mucho peor, no significa que vayamos a perder. Pero sí que debemos defendernos. No siempre nos servirán las claves que te comenté en la Guía del perfecto atracador de ajedrez, así que más vale tener en cuenta todas las estrategias que podemos usar.

Principalmente en este artículo te voy a hablar de:

  • La defensa activa.
  • La defensa pasiva.
  • La simplificación.

Los temas que te expongo te serán útiles en todas las fases de la partida, aunque si estás interesado sobre todo en la última, puedes echar un vistazo a lo que te comentaba en el artículo 5 recursos mágicos en los finales de ajedrez

La defensa activa

Es una de las armas principales para defender correctamente. Siempre que sea posible trataremos de usar este recurso. Consiste en la creación de amenazas en la posición enemiga, precisamente cuando es el rival el que las está creando en la nuestra. Es útil para no caer en una posición pasiva en la que moriremos por asfixia.

En la reciente final de la Pro Chess League, asistimos a un ejemplo muy claro de este tema. Observa la siguiente posición.

Las blancas acaban de llevar su alfil a g5. Capturarlo parece que nos lleva a un final de torres favorable para las blancas. ¿Cómo debe actuar el negro?

Podría elegir la defensa pasiva y llevar su torre a f8, pero eso lo condenaría a una posición difícil en la que solo el blanco podría tratar de buscar posibilidades prácticas, mejorando su rey de alguna manera.

Veamos como acabó la lucha.

El problema de defender pasivo

Caer en una posición sin posibilidad de reacción significa quedar con las manos atadas. Puede ser que no veamos un camino claro para que nuestro rival se imponga. Sin embargo, a la larga, suele contar con mayores chances el bando que presiona, que puede realizar diferentes intentos, usar diferentes planes y, en definitiva, probar y probar hasta encontrar la llave que abre la posición enemiga (o el error del rival, que siempre es más fácil de cometer en posiciones pasivas en las que nos defendemos.)

Observa la siguiente posición.

Parece claro que las blancas están mejor. El gran problema de las negras no va a ser simplemente su peor estructura. Está claro: el peón de g6 es una debilidad y el de a7 otra. Pero quizás las negras esperan defender esos puntos cuando sean atacados. Y ya está. Defender pasivo. Pero eso no es tan sencillo y, sobre todo, pocas veces es eficaz.

Kasparov

Si defiendes pasivo contra Kasparov, descubrirás porque lo llaman el Ogro de Bakú.. | Foto: Chess.com.

Si además te digo que Kasparov llevaba las piezas blancas, ya puedes imaginar el resultado final.

Cuando la defensa pasiva es el mejor camino

A veces ocurre, no siempre la defensa activa es posible o es el mejor camino. En algunos finales puede ser necesaria la defensa pasiva. Un ejemplo muy conocido lo tenemos en el final de torre y peón contra torre. Si el peón es de la columna de torre o caballo, el rey defensor puede situarse en la casilla de promoción y llevar su torre a la primera fila. Y ya está: solo permanecer pasivo. moviendo la torre por la primera fila.

Estos finales también se podrían haber defendido de una manera activa, pero la manera más sencilla es defender pasivo.

Si te interesa estudiar estos finales puedes echar un vistazo a esta clase de ajedrez en vídeo.

La simplificación

Este es un recurso defensivo especialmente importante. Forzar cambios nos puede ayudar en dos casos muy importantes:

  1. Cuando tenemos un final con desventaja de material, pero podemos llegar a unas tablas teóricas.
  2. Cuando atacan nuestro rey.

Un ejemplo del primer punto lo pudimos observar también en la Pro Chess League. En la primera jornada de las semifinales, el joven Forest Chen se convirtió en la estrella de su equipo, empatando sus 4 partidas, a pesar de que se enfrentaba a rivales mucho más fuertes.

Forest Chen

El NM Forest Chen se convirtió en la estrella de los Arch Bishops en la Pro Chess League. | Foto: Mike Klein/Chess.com.

En una de sus partidas vimos un ejemplo de simplificación que sirve para forzar un final de tablas, a pesar de la desventaja de material.

Y como ya comentamos en el artículo Cómo, cuándo, dónde y por qué cambiar piezas en ajedrez la simplificación puede ser un buen método defensivo si nuestro rival está atacando (o se dispone a atacar) a nuestro rey.

Observa esta posición.

En posiciones de enroques opuestos, el bando que llega antes al rey enemigo tiene la ventaja. Por lo menos, suele ser así. Y aquí parece que el ataque blanco está mucho más avanzado.
¿Cuál es la solución de las negras?

Así que ya sabes... la clave para no perder está en saber defender las posiciones difíciles. Los recursos que te he mostrado en este artículo te pueden ayudar a ello. Si te ha gustado, te invito a que compartas en redes sociales usando los botones que ves más abajo. Y, como siempre, quedo atento a tus dudas y comentarios.

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