Patrones en ajedrez. Qué son y cómo reconocerlos
Quienes estudien profundamente la táctica ajedrecística notará que ya muchos autores han hecho la tarea por uno, es decir, han catalogado por temas las posiciones: sacrificios en h7, clavada, combinaciones de empate por ahogo, doble ataque, ataque al descubierto, etc. Los temas son muchos pero finitos y en muchos casos las combinaciones, la táctica en ajedrez, se basa en detalles que describen finalmente una posición y que por ende, no hay ni que analizar qué jugada hacer: puestos todos los elementos en su lugar, la combinación nace por sí misma, casi automáticamente. Por eso la recomendación de estudiar táctica es algo a considerar si se quiere llegar a jugar bien al ajedrez.
Cuando hablamos de posiciones en donde se encuentran ciertos elementos conocidos, estamos hablando de patrones. Generalizando, podemos decir que un patrón es una generalización de un objeto que contiene sus características esenciales. En ajedrez podemos definir las características de una posición en términos de ataque y defensa. En realidad no hay más.
A través de los patrones nuestra mente ordena el conocimiento.
El ajedrez, estoy convencido, es en mucha medida un juego de patrones. Un jugador fuerte, un gran maestro -dicen- tiene alrededor de unos 50 mil patrones almacenados en su cabeza. y aunque la cifra puede ponerse en tela de juicio, es claro que después de muchos años de práctica estos jugadores alcanzan una capacidad para valorar que llega a sutilezas que muchas veces los aficionados no entendemos. Finalmente es el gran arte que en muchas ocasiones se expresa en grandes jugadas que después los mortales tenemos que destripar literalmente, para entender qué fue lo que pasó en alguna partida.
Veamos una serie de ejemplos que sin duda demuestra que el ajedrez es un juego de patrones, lo cual nos puede eventualmente guiar en nuestro estudio...
El primer ejemplo es de la conocida partida entre Lasker y Bauer, en donde se realizó por primera vez esta combinación:
Lasker - Bauer (Amsterdam 1889)
Juegan las blancas
Hemos marcado con flechas para hacer énfasis sobre los elementos de la posición. Obsérvese como ganó Lasker, sacrificando ambos alfiles, destruyendo el enroque y dando mate. La combinación es fabulosa.
La siguiente posición muestra la partida entre Nimzowitsch y Tarrasch, San Petersburgo 1914, en donde Tarrasch le repite la dosis a su antagonista, el danés Nimzowitsch, con quien no se llevaba nada bien dentro y fuera del tablero:
Nimzowitsch - Tarrasch (San Petersburgo 1914)
Juegan las negras
De nuevo, las flechas marcan los elementos comunes, que pueden verse en la posición anterior. La combinación sigue el mismo desarrollo. Nótese pues que el patrón es el mismo. He aquí la partida completa:
Veamos un par de ejemplos más. La siguiente posición se dio en la partida entre Miles y Browne, en la olimpiada de ajedrez de Lucerna, Suiza, 1982:
Miles - Browne (Lucerna (ol) 1982)
Juegan las blancas
Mhhh, otra vez el mismo patrón, el cual resuelve Miles con la maiobra ya explicada:
Finalmente, el mismo patrón lo encontró Judit Polgar en una partida contra ni más ni menos, Anatoli Karpov. Obsérvese que Judit conocía la partida original de Lasker y probablemente no pensó siquiera al ejecutar la combinación ganadora.
Polgar, J. - Karpov (7th Essent Hogeeveen 2003)
Juegan las blancas
Quien no conozca el patrón que hemos discutido podría pensar que Judith halló una combinación maravillosa, pero la realidad es que, con ese conocimiento, la ejecución de las jugadas se convierte en algo rutinario.
Todo esto está muy bien, pero el lector podría preguntarse: ¿funciona? He aquí un ejemplo de una partida que jugué a un minuto por jugador. Obsérvese el desarrollo de la combinación y notarán el patrón estudiado y ejecutado en una partida propia:
He dejado al lado de cada jugada los tiempos de reflexión. Nótese que me llevó 3 segundos darme cuenta que estaba en el patrón de la partida Lasker-Bauer.
Ya elaboraremos más sobre el tema de patrones, el cual puede ser una estupenda base para mejorar en ajedrez.
