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La última partida clásica de Mikhail Tal

La última partida clásica de Mikhail Tal

GMValeduser
| 51 | Partidas increíbles

Chess.com tiene el placer de anunciar la incorporación del GM Vladimir Akopian como nuevo autor de artículos. En esta primera entrega, nos cuenta la historia de su partida contra Mikhail Tal, que a la postre sería la última del Mago de Riga en ajedrez clásico.

Estimados amantes del ajedrez, me gustaría compartir con vosotros el análisis de mi partida contra el octavo Campeón del Mundo, Mikhail Tal. Considero que ha llegado la hora de poner fin a todas las especulaciones que han existido sobre este encuentro y contaros lo que realmente sucedió. Al fin y al cabo, soy el único de los dos jugadores que disputamos la partida que puede ofrecer sus comentarios por razones obvias. Es evidente que el duelo estaba destinado a entrar en la historia del ajedrez, pero comencemos por el principio.

La partida se disputó en Barcelona en el año 1992. Para ponernos en contexto, es necesario ofrecer unos cuantos datos antes de entrar de lleno en el análisis de este memorable duelo.

Era esta mi primera participación en un torneo round-robin importante, al que llegaba con la etiqueta de Campeón del Mundo sub-20 y en el que quería demostrar mi mejor ajedrez. A falta de dos partidas para el término del torneo, mi papel estaba siendo bastante bueno, ya que me encontraba empatado en primer lugar. En las dos últimas rondas debía enfrentarme a Viktor Korchnoi con las piezas blancas y a Tal con negras. Se trataba de la primera vez en que me medía a esas dos leyendas del ajedrez.

En la víspera de mi duelo con Korchnoi, el traductor del torneo me hizo llegar una oferta de tablas por parte de Tal. Respondí que no podía dar una respuesta inmediata, ya que mis perspectivas en la competición dependían de mi enfrentamiento con Viktor el Terrible. Por desgracia, dejé escapar una victoria relativamente sencilla contra Korchnoi, así que había llegado el momento de tomar una decisión.

Viktor Krchnoi
Viktor Korchnoi. Foto: Archivos Nacionales de los Países Bajos.

Debo admitir que siempre mostré mi desaprobación por hacer tablas rápidas. Además, ¡tenía una oportunidad única de jugar contra el gran Mikhail Tal! Algo parecido me ocurrió cuando me enfrenté a otro jugador muy conocido, Vladimir Bagirov, en Capelle-la-Grande en 1999.

En ese episodio, jugaba con las piezas negras contra Bagirov en primera ronda. Al realizar su 13ª jugada, el Gran Maestro soviético me propuso el empate. Al igual que contra Tal, decliné la oferta—no porque tuviera mucha confianza en que lo machacaría, sino simplemente porque quería disputar una buena partida contra un oponente al que probablemente no volvería a enfrentarme nunca más. Algo que, desafortunadamente, fue lo que sucedió.

Pero volvamos al duelo con Tal. Finalmente decidí ir a por todas en esa última ronda del torneo y le pedí al traductor que informara a Tal de mi decisión. Quiero destacar que no tenía ningún tipo de contacto personal con el Mago de Riga y únicamente momentos antes de la partida me crucé con Mikhail Nehemievich en la calle y, sin hacer mención a las negociaciones previas, me preguntó:

"Volodya, ¿cuáles son tus planes para la partida de hoy?"

"Me gustaría jugar contra ti, Mikhail Nehemievich," respondí.

Me gustaría jugar contra ti, Mikhail Nehemievich.

"No hay problema," replicó Tal y nos dirigimos a la sala de juego.

Como puede apreciarse, todo transcurrió de forma bastante simple. Así que, ¿por qué se hizo esta partida tan famosa, apareciendo incluso en la prensa rodeada de todo tipo de especulaciones y chismorreos?

Una versión bastante alejada de la realidad fue publicada por Maxim Dlugy e Ivan Sokolov en sus últimos libros, la cual todavía a día de hoy sigue siendo aceptada por muchas personas que desconocen lo que en realidad ocurrió. Para ser exactos, esta invención tiene su origen en el primer artículo de Genna Sosonko sobre el tema. Desconozco si estaba mal informado o simplemente adornó la historia por puro entretenimiento, ¡pero así fue cómo surgió el mito! En su publicación en "New in Chess" titulada "Mi Misha", escrita poco después de la muerte del Mago de Riga, hace el siguiente comentario.

"En la última ronda, asumiendo que el duelo acabaría en unas rápidas tablas, jugó 3.Ab5 en la Siciliana, ofreció el empate y recibió una respuesta negativa. Ya en posición desesperada, bajo el ataque de las piezas enemigas, fue su joven oponente el que propuso el empate. Esa fue la última partida de torneo ganada por Misha."

Genna Sosonko
Genna Sosonko.

Solo hay tres verdades en esta cita. Es cierto que la partida se disputó en la última ronda; Tal jugó en efecto 3.Ab5 y fue su última victoria a ritmo clásico. Todo lo demás es ficción. Es evidente que Tal no podía haber asumido de ninguna manera que el resultado sería un empate rápido, ya que tanto el día anterior como cinco minutos antes del comienzo yo había expresado mi deseo de jugar la partida. Es por ello que no me ofreció tablas por segunda vez después de realizar su tercer movimiento. En cuanto a la "posición desesperada" "bajo el ataque de las piezas enemigas" puedes juzgar por ti mismo tras reproducir el análisis de este duelo para el recuerdo ofrecido a continuación.

Después del encuentro, comentamos algunas variantes " a la ciega" y analizamos la sexta partida de su match por el Campeonato del Mundo ante Botvinnik, que siempre me había causado una profunda impresión. "¡Cf4 es absolutamente brillante!" le dije. "Bueno, sí, siempre y cuando sea correcta," contestó el Mago de Riga.

Ambos estábamos de buen humor, así que no hubo ningún tipo de tensión entre nosotros. De hecho, nos entendimos bastante bien, como puede deducirse de la historia.

Para concluir, me gustaría decir que me alegro mucho haber tomado la decisión de jugar una partida real contra Tal en lugar de hacer, como diría Bobby Fischer, unas tablas "acordadas". En caso contrario, no habría podido compartir este episodio tan memorable con los usuarios de Chess.com.

La única cosa que lamento es haberme enfrentado al brillante octavo Campeón del Mundo tan solo una vez en mi vida.

¿Qué opinas sobre esta fascinante historia de la última partida clásica de Mikhail Tal? ¿Habrías jugado la partida como el autor del artículo o habrías pactado tablas? ¡Háznoslo saber en los comentarios!