GM Mikhail Botvinnik
Biografía
Mikhail Botvinnik fue un Gran Maestro soviético y ruso, además del sexto Campeón del Mundo de ajedrez (1948-1963). Retuvo el título durante casi 15 años (con dos breves interrupciones en 1957 y 1960) y jugó a su mejor nivel por un periodo de más de 30 años. Está considerado como uno de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos y también como el padre de la Escuela Soviética de ajedrez. Entre sus alumnos más destacados figuran Campeones del Mundo como Anatoly Karpov, Garry Kasparov o Vladimir Kramnik (además de muchos otros Grandes Maestros).
- Estilo de juego
- De principiante a Campeón de la Unión Soviética
- Aspirante/Años de guerra
- Campeón del Mundo
- Carrera tras perder el título
- Legado
Estilo de juego
El estilo de juego de Botvinnik estaba marcado por una lógica implacable. Era un jugador muy completo y dominaba todos los aspectos del juego, especialmente los planes estratégicos a largo plazo. Se consideraba a sí mismo un ajedrecista con un "estilo universal", el cual adaptaba en función del oponente al que se enfrentara. No temía entrar en ningún tipo de posición y con frecuencia buscaba el juego complejo y poco claro. La siguiente partida es un ejemplo de ataque clásico de un joven Botvinnik:
De principiante a Campeón de la Unión Soviética
Botvinnik aprendió a jugar al ajedrez a los 12 años de edad y apenas dos años más tarde era capaz de derrotar al Campeón del Mundo José Raúl Capablanca en una exhibición de simultáneas. Su progreso fue especialmente acentuado en sus años de adolescente. En 1927 acabó 5º en el Campeonato de la Unión Soviética y obtuvo el título de Maestro Nacional (a la edad de 16). En 1930 ganó el Campeonato de Leningrado, su primer título importante. A los 20 años demostraba ya una gran madurez ajedrecística y en 1931 se proclamó Campeón Soviético por primera vez en su carrera. A continuación mostramos una de sus partidas en este torneo - donde combina a la perfección ideas posicionales, golpes tácticos y una excelente técnica de finales:
Aspirante/Años de guerra
Después de proclamarse Campeón de la Unión Soviética, Botvinnik inició su ascenso a la élite mundial. Su nivel de juego aumentó de forma considerable entre 1931 y 1935, hasta convertirse en uno de los mejores ajedrecistas del mundo. En 1935 compartió el segundo puesto en el segundo torneo internacional de Moscú con Salo Flohr, medio punto por delante de Lasker y uno por encima de Capablanca. En 1936 acabó empatado en primer lugar en Nottingham con Capablanca, con medio punto de ventaja sobre el entonces Campeón del Mundo Max Euwe y con uno más que Alexander Alekhine, Samuel Reshevsky y Reuben Fine.
En 1938 desafió al Campeón del Mundo Alekhine a un encuentro por el título, que fue aceptado. Por desgracia, la Segunda Guerra Mundial acechaba y esta junto a otros factores políticos hicieron imposible que se celebrara el match. Botvinnik no pudo participar en torneos internacionales entre 1939 y 1945. Continuó jugando en la Unión Soviética durante este periodo, si bien con mucha menos frecuencia. En 1940 ganó el torneo que le coronaba como Campeón Absoluto de la Unión Soviética, superando a Smyslov o Keres entre otros. En 1943 ganó otro evento de primer nivel en la URSS, finalizando en esta ocasión por delante de Smyslov o Ragozin entre otros. Además, se impondría también en los Campeonatos de la Unión Soviética de 1944 y 1945.
Una vez concluyó la Segunda Guerra Mundial, Botvinnik se impuso en el torneo internacional de Groningen de 1946 (superando a Euwe y Smyslov). Por esta época, estaba considerado ya como el más justo aspirante para desafiar a Alekhine por el título mundial. El Gran Maestro soviético contactó con Alekhine y con la Federación Británica de ajedrez para intentar organizar un encuentro por el Campeonato del Mundo - pero todas esas conversaciones resultaron infructuosas debido a la muerte de Alekhine en 1946. Esta fue la primera vez (y la única en toda la historia del ajedrez) que un Campeón del Mundo fallecía estando aún en posesión del título.
Campeón del Mundo
El mundo de las 64 casillas en general y numerosas federaciones de ajedrez acordaron que el nuevo Campeón del Mundo sería el ganador de un torneo por invitación que se disputaría en 1948. El evento fue histórico, no solo porque sirvió para coronar a un nuevo campeón mundial, sino también porque sería la primera ocasión en la que la FIDE supervisaría el Campeonato del Mundo y dictaría las bases del mismo (tal y como sigue haciendo en la actualidad). Botvinnik era el favorito para adjudicarse el triunfo final en el torneo por el Campeonato del Mundo de 1948 y no decepcionó. Acabó en clara primera posición, con 3 puntos de ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores (entre los que se incluían Smyslov, Keres, Reshevsky y Euwe). Por consiguiente, Botvinnik fue coronado como el nuevo Campeón del Mundo.
Tras proclamarse Campeón del Mundo en 1948, la FIDE estableció una nueva normativa referente al enfrentamiento por la corona: se disputaría un encuentro por el título cada tres años y en caso de que el vigente campeón perdiese el título, se le concedería un match revancha al año siguiente. Además, en caso de empate al término de las partidas reglamentarias, el campeón conservaría la corona. Botvinnik se mostró satisfecho con la nueva normativa impuesta por el máximo organismo internacional.
El Gran Maestro soviético defendió con éxito su título de Campeón del Mundo por primera vez en 1951, empatando su encuentro (12-12) contra el aspirante David Bronstein. El match Botvinnik-Bronstein ha sido clasificado como el octavo mejor encuentro por el Campeonato del Mundo de la historia. Ya en 1954, Botvinnik volvió a retener el título tras lograr un nuevo empate (12-12), en esta ocasión ante el aspirante Vassily Smyslov. No sería hasta 1957, en un match contra el mismo oponente, que caería derrotado. Tras ese revés, el Gran Maestro soviético ejerció su derecho a un match revancha, el cual ganó de manera convincente en 1958, recuperando de esta forma el trono del ajedrez mundial.
En 1960, su oponente por el título sería un joven Mikhail Tal, quien a pesar de su corta edad le derrotaría de forma bastante clara. El match de 1960 Tal-Botvinnik está considerado como el sexto mejor encuentro por el Campeonato del Mundo de todos los tiempos. Tras perder contra Tal, Botvinnik solicitó un match revancha al año siguiente, en 1961. En ese segundo enfrentamiento entre estos dos gladiadores, el padre del ajedrez soviético logró imponerse por un amplio resultado de 13-8, recuperando de esta forma el título que había perdido un año atrás. La siguiente partida, en la que el propio Botvinnik parece disfrazarse de Tal, pertenece al match revancha de 1961.
Carrera tras perder el título
En 1963, Botvinnik cayó ante Tigran Petrosian en su duelo por la corona. En ese momento, las condiciones para un match revancha habían cambiado, por lo que el perdedor no tendría la oportunidad solicitar un nuevo enfrentamiento al año siguiente - en su lugar, debería competir y clasificarse en el ciclo de candidatos. La derrota ante Petrosian marcó el final del reinado de Botvinnik como Campeón del Mundo, si bien continuó participando en torneos hasta su retirada del ajedrez competitivo en 1970. No obstante, también en esa última etapa de su carrera conseguiría buenos resultados y jugaría partidas realmente memorables. El siguiente duelo ante el GM Portisch, disputado durante ese periodo, es una partida modelo de ataque, en la que todas las piezas blancas atacan de forma armónica y el rey negro queda completamente a su merced.
En 1963 Botvinnik fundó su legendaria escuela de ajedrez junto a otros entrenadores soviéticos. De ella saldrían tres campeones mundiales (Kasparov, Karpov y Kramnik) y otros Grandes Maestros de primera fila (Shirov, Serper, Akopian y Ehlvest). En su escuela, Botvinnik inculcaba conceptos como la importancia del ejercicio físico moderado, de conocer al detalle el repertorio de aperturas y de analizar partidas con un espíritu crítico. La huella que dejó el padre del ajedrez soviético fue tal, que su metodología para conseguir el éxito deportivo fue utilizada durante décadas en la URSS y es una de las principales razones por la que los soviéticos se sucedieron en el trono del ajedrez mundial durante toda la segunda mitad del S.XX (1948-2000).
Legado
El legado de Mikhail Botvinnik es sin duda una de las mayores contribuciones que ha recibido el ajedrez a lo largo de toda su historia. Sus solas aportaciones a la teoría de aperturas ya le bastarían para ser considerado una auténtica leyenda de nuestro juego. Existen variantes que llevan su nombre en la Inglesa, Eslava o Caro-Kann y también en el Gambito de Dama. Además, ayudó en gran medida al desarrollo de otras líneas, tales como la Francesa Winawer, la Holandesa Muro de Piedra o la variante clásica de la Caro-Kann). El patrón más interesante que puede observarse en la mayoría de ideas de apertura de Botvinnik es que ninguna de ellas está basada en la táctica, sino en buscar ventajas posicionales a largo plazo. Su razonamiento en el que se apoyaba este concepto era simple: ¡los golpes tácticos solo funcionan en momentos puntuales!
Además de ser considerado por muchos uno de los entrenadores más influyentes de la historia, Botvinnik es a los ojos de muchos uno de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos y un auténtico pionero en el desarrollo de programas de ajedrez para ordenador. Todas estas razones y algunas más lo convierten en uno de los Campeones del Mundo más destacados de la historia.